NUEVOS INCIDENTES TRAS AL ASESINATO DE UN JOVEN TAXISTA. CAMERON SUSPENDIÓ SUS VACACIONES PARA PRESIDIR UN GABINETE DE CRISIS.
El viceprimer ministro Nick Clegg consideró a las protestas “totalmente inaceptables” y tildó a los manifestantes de “criminales oportunistas”. Hubo edificios y autos incendiados, locales saqueados y detuvieron a unas 200 personas.
La noche de Londres se vio iluminada nuevamente por edificios, autos y colectivos en llamas en otro día de furia desatada por el reclamo de justicia para un joven asesinado por la policía el jueves en un barrio marginal de la capital británica. En las calles de Enfield –al norte–, Waltham Forest –noreste–, Hackney –este– y Lewisham y Peckham –en el sureste– se vieron batallas campales entre policías y jóvenes armados con palos y piedras que se enfrentaron en un paisaje de autos y edificios en llamas y vidrieras destrozadas y saqueadas. Las zonas de Brixton, Streatham, Turnpike Lane, Walthamstow, Chingford y Leyton también fueron escenarios de choques durante el día. El primer ministro británico, David Cameron, decidió interrumpir sus vacaciones en Italia para presidir un gabinete de crisis.
Como “actos de vandalismo”, calificaron a las refriegas las autoridades de Scotland Yard, mientras informaban que ya detuvieron a más de 200 personas. Los incidentes cubrieron al menos once zonas de Londres y despertaron la ira del gobierno: “Son totalmente inaceptables y no tienen absolutamente nada que ver con la muerte de Mark Duggan. Los alborotadores son criminales oportunistas”, dijo ayer el viceprimerministro británico, el liberal demócrata Nick Clegg.
El vicealcalde de la capital británica, Kit Malthouse, también se sumó a esta interpretación, al acusar a “un pequeño grupo de personas que decidieron buscar comercios para robar cosas, como zapatillas deportivas o electrodomésticos”.
Sin embargo, para muchos británicos el trasfondo de las revueltas no es tan lineal. “Aunque cada uno de estos hechos fueron disparados por causas diferentes, todos tienen lugar contra un trasfondo de recortes brutales y medidas forzadas de austeridad. El gobierno sabe muy bien que está haciendo malabarismos, y que su política corre el riesgo de detonar revueltas masivas en una escala jamás vista desde los comienzos de 1980”, publicó ayer en su artículo “Hay un contexto en las revueltas de Londres que no puede ser ignorado” en The Guardian la escritora y filósofa británica Nina Power.
La policía británica también puso en la mira a las redes sociales como Twitter, a las que acusó de “haber sido empleados para organizar estos niveles de avaricia y criminalidad y de propagar y avivar los saqueos” como dijo a la BBC Radio 4 el subinspector Steve Kavanagh.
El fin de semana comenzaron los disturbios tras una manifestación en protesta por la muerte de Mark Duggan, un hombre de 29 años que cayó la semana pasada por un disparo de un policía. Aunque la versión de los uniformados es que el joven –al que le atribuían vínculos con bandas de criminales y narcos–, abrió fuego contra los agentes desde un taxi, la edición de ayer del diario británico The Guardian publicó que los primeros exámenes de la bala encontrada en un receptor de radio de la policía fue disparada por un policía.
El matutino también publicó un artículo donde advirtió que las protestas y los saqueos podrían extenderse durante la noche e incluso llegar a otras áreas más céntricas de Londres. La policía informó que aumentará sus efectivos en la ciudad. <
Ansa, Efe y dpa
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