martes, 16 de agosto de 2011

20 años para "Lalo" Sanchez, que mató a su Esposa e incinero el cuerpo en un pozo


"Lalo" Sanchez en el juicio oral y publico, salon municipal Ibarreta el 29-07-2011

"Lalo" Sanchez fue  condenado por la Justicia a 20 años de prisión al comprobarse que mató a su esposa y luego incineró el cuerpo dentro de un pozo que cavó en una zona boscosa de una chacra de su propiedad ubicada en la Colonia Siete Quebrachos, sobre ruta 27 a pocos kilómetros de Ibarreta.
El crimen fue perpetrado en la madrugada del día 24 de diciembre de 2008 en la casa del barrio San Antonio de la localidad de Ibarreta, donde la pareja vivia con sus dos hijos de 3 y 4 años de edad. Se trata de Gerardo Flavio Ramón Sánchez, autor confeso del crimen de su esposa Sonia Beatríz Miranda, quien por entonces tenía 21 años de edad, y el fallo pertenece a la Cámara Segunda en lo Criminal de Formosa, integrada por los jueces María Nicora Buryaile, Luisa Beatríz Zanín y Ricardo Rojas.


Esa madrugada la pareja comenzó a discutir por problemas relacionados a una eventual separación por la convivencia desgastada que mantenía desde tiempo atrás y en un momento determinado el hombre empujó con violencia a la víctima contra una cómoda de madera que tenía en la parte superior una superficie de mármol y estaba en una habitación contigua al baño de la vivienda. La embestida fue de tal virulencia que al impactar el cuerpo de la mujer contra el mueble falleció en forma inexorable. 
Luego, el docente tomó a sus dos hijos y caminando los llevó hasta la casa de su hermana distante a tres cuadras, donde pidió prestado a la misma su automóvil Peugeot 206 y regresó a su casa. Allí –con la casa a oscuras y las luces del vehículo apagadas- el hombre planeó y llevo a cabo el destino del cadáver de su esposa. Ingresó con el vehículo marcha atrás hasta la parte posterior de la casa, donde cargó en el baúl del auto el cadáver de su esposa, al cual envolvió con una sábana, y muniéndose de una linterna, pala y machete se retiró hasta la chacra de su familia ubicada sobre ruta 27. 


Allí se internó en una zona boscosa distante a 850 metros del casco del establecimiento donde cavó un pozo de 2.20 metros por 1.80, en el que colocó a modo de base leñas de ramas secas y pajas de espartillo, tras lo cual metió el cuerpo de su esposa y un bolso con pertenencias de la misma, sobre los cuales volvió a colocar leña para proceder después a prenderle fuego. El autor del homicidio se retiró del lugar y volvió al otro día para realizar otras quemazones a fin de que pasara desapercibida la fogata que por entonces seguía ardiendo. Recién un día después, el 26 de diciembre, decidió apagarla arrojando tierra sobre el foco ígneo; por entonces el cuerpo de la mujer estaba completamente carbonizado.


A partir de ese momento el docente continuó con su plan de ocultamiento y eliminación de cualquier vestigio que lo vincule con el hecho. Limpió y ordenó la casa para borrar huellas, también el automóvil de su hermana y usando el chip del teléfono de la víctima envió mensajes de texto a su propio celular y al de la madre de la víctima con la frase: “Estoy en Formosa con unos amigos, vuelvo en unos días”, para despistar a la Policía cuando comenzara su búsqueda e instalar entre familiares y amigos la idea que ella se había marchado del hogar dejándolo a él y a sus pequeños hijos.


Desviar investigación


El plan pergeñado para desviar la investigación y eludir su responsabilidad comenzó a desmoronarse cuatro días después cuando la madre de la víctima dijo a la Policía que temía lo peor y que su yerno podría estar involucrado. Con el aporte de testigos y otras evidencias la Policía allanó la casa de la pareja donde secuestró valiosos elementos probatorios y luego requisó la chacra donde finalmente hallaron el cuerpo enterrado y carbonizado de la víctima. Al verse acorralado por la contundencia de las pruebas, el docente terminó confesando su autoría.


Culpable
El docente se declaró culpable del homicidio de su esposa pero para atenuar su situación dijo que solo la empujó y no quiso causarle la muerte. En un fallo con sólidos argumentos construido con el voto de la jueza María Nicora Buryaile, la Cámara Segunda en lo Criminal condenó al docente a 20 años de prisión al hallarlo autor materialmente responsable del delito de homicidio calificado por el vínculo cometido en circunstancias extraordinarias de atenuación.


En base a las pruebas reunidas a lo largo de la investigación (testigos, pruebas materiales, bioquímicas y forenses) los jueces de la Cámara Segunda lograron reconstruir el macabro suceso, afirmando que se trató de un crimen cometido con violencia e intencionalidad, en un marco de convivencia conyugal marcadamente deteriorada y con frecuentes malos tratos verbales y físicos proferidos por el docente a su esposa.
En su voto, la jueza Nicora Buryaile enumera detalladamente todas y cada una de las pruebas reunidas a lo largo del proceso, haciendo hincapié en las innumerables maniobras de ocultamiento que el acusado perpetró, lo que puede valorarse en comunidad con la nutrida prueba retenida e incorporada por lectura al debate.

2 comentarios:

  1. eso esta muy bien

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  2. mi sueños es estudia para policia y me encanta ser policia pero mi mama no quiere pero yo voy a estudia y aser realidad mi sueño

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